Acá estoy yo, un día hermoso y una noche aburrida, preguntándome ¿Qué haré mañana? La verdad no lo sé, pero se que mañana será otro día de los cuales te extrañaré, tu voz, tu perfume, tu mirada. Esos días se vuelven habituales, que se hacen rutina odiosas, todo el tiempo pidiendo a gritos “que feo es extrañar a alguien, tenerlo lejos y no poder hacer nada para verlo” eso es lo que paso todas los día de la semana, extrañadote. Necesitándote. Ojala pudiera hacer algo, pero no puedo. Es así la vida y hay que aceptar lo que nos toca, o ¿acaso el destino?
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